miércoles, 26 de febrero de 2014

Ejercicios espirituales 4. La vocación.


Martes 18. Meditación de la mañana. La vocación.

Adaptados de las meditaciones ofrecidas por el Obispo de Tortosa, D. Enrique Benavent, los días 16 al 21 de Febrero de 2014 en el Monasterio N.S. de los Ángeles de Jávea, durante los ejercicios espirituales organizados por la Archidiócesis de Valencia.
Llamados
Reflexión del director.

Los ejercicios espirituales son días para responder a la gracia de Dios, su presencia, con la gratitud, porque el Hijo de Dios se ha hecho hermano de todos los hombres, pero además me ha buscado a mí y me ha dicho: “ven conmigo para ser pescador” y “ya no te llamo siervo, sino amigo”. Esta relación de amistad y confianza la expresa el apóstol Pablo del siguiente modo: “doy gracias a Aquél que me revistió de fortaleza y me consideró digno de confianza” (1Tm 1,12).

De este modo cuando Jesús llama a sus discípulos tiene con ellos un gesto de predilección, pues quiere que sean los primeros beneficiarios de los bienes de la salvación contenidos en el Evangelio. Así en Jn 1,35 ss. se nos narra el primer encuentro de algunos discípulos con el Señor. A la invitación del Bautista para que sigan al Cordero de Dios, Juan y Andrés se dirigen a Jesús respondiendo a la pregunta del Maestro “¿qué buscáis?” con otra, “¿Dónde vives?”, quedándose con él toda la tarde y propiciando el encuentro de Cristo con Pedro, un encuentro que marcó toda su vida.

En los sinópticos la llamada del Señor tiene lugar en el Mar de Galilea, allí Él pasa, los ve, los llama y dejándolo todo le siguen.

También Pablo en 2 Tm 4,6-8, al final de su vida recuerda el camino de Damasco, “el día en que el Señor se me reveló”. Este acontecimiento lo evoca en varios textos, mostrando gratitud hacia quien le escogió para anunciarle entre los gentiles (Gal 1,15-16), recordando la experiencia en la que “vio al Señor” (1 Cor 9,1) y expresando más personalmente lo que supuso haberse encontrado con quien tocó su corazón, se apoderó de Él y cambió radicalmente su vida (Flp 3,4-12), haciendo del Apóstol una criatura nueva, abriéndole horizontes de esperanza y vida insospechados por Él y transformándolo en un hombre nuevo. Las consecuencias en su existencia fueron pasó de ser observante de la Ley a Apóstol de la gracia, de perseguidor a apóstol, de creyente centrado en el pueblo de Israel a misionero con una visión universalista en la que abrió la Iglesia a los gentiles, edificando su vida sobre un nuevo fundamento. Así en Flp 3,4-7 nos dice como  antes de conocer a Cristo éste era la pertenencia a Israel y el celo por la Ley, pero después de su conversión ya no vive de su pertenencia al pueblo de Israel y de la ley (Gal 2,7), sino de la fe en el Hijo de Dios y desde Cristo. Es por tanto una nueva manera de valorar las cosas, porque todo lo que era valioso lo considera pérdida comparada con Cristo y la verdad importante para Pablo ya no se la da el judaísmo sino Cristo.

Todo ello le lleva a una dialéctica argumentada en Flp 3, 12ss.: alcanzado por Cristo sólo pretende alcanzar a Cristo, porque quien ha llegado a conocerle sabe que su vida sólo tiene sentido cuando la meta es alcanzarle. Y ésta es la orientación fundamental de su vida.

Cabe que miremos la historia de nuestra vocación y nos preguntemos: ¿dónde estoy?, ¿cuál es mi situación como sacerdote?, ¿cómo vivi mi sacerdocio?, ¿con gratitud?, ¿cómo un amigo del Señor? La orientación fundamental de la vida del elegido es el Señor, ¿deseo alcanzarle?

Ciertamente todos podemos perder la frescura de los comienzos, pero no podemos olvidar que nuestra vocación sacerdotal fue una gracia, una llamada que el Señor nos hizo para vivir en su amistad.  Y ésta es la clave. Cuando un sacerdote pierde la ilusión por serlo es porque ha perdido la ilusión por vivir en amistad con el Señor. Si uno mantiene la ilusión de vivir en amistad con el Señor, uno mantiene la ilusión del ministerio.

Ejercicio.

Experiencia:

http://www.youtube.com/watch?v=DOPEF7ttWaY mira este video. Después busca la imagen que más ha tocado tu corazón. Contémplala. ¿Cómo te sientes?, ¿qué te sugiere?

Reflexión:

Toma la biblia en tus manos y lee  Juan 1,35-42

Piensa en estas palabras y responde:

Como consiliario: ¿Qué tal te encuentras como sacerdote?: ¿ilusionado?, ¿cansado?, ¿frío?, ¿con entusiasmo?, ¿en un periodo de meseta, sin altibajos?, ¿cada vez con más trabajo y menos tiempo para rezar?, … Toma alguno de los textos propuesto y medítalos, teniendo presente a tu centro junior. Eres el consiliario, una figura insustituible y sacramental entre los niños y educadores, porque tú haces presente a Cristo, eres para ellos la viva presencia Jesucristo que habla al corazón, se entrega en su cuerpo y sangre, los reconcilia con el Padre y los sirve. Pero ¿cuidas tu vida con Él? Difícilmente podrás ser signo de Cristo sino le dedicas tiempo a Quien primero te llamó y después te envió. Como un matrimonio difícilmente amarán a los hijos como necesitan ser amados sino tienen tiempo para estar solos. Por otra parte, ¿cuidas la vida espiritual de tus educadores?, ¿te has preocupado por conocer los libros Cridat, Acompanyat, Enviat y A quí busques  destinados a trabajar la oración con los educadores (http://www.juniorsmd.org/ca/soyeducador )? y en las reuniones a las que asistes procuras tengan un espacio largo de encuentro con Cristo, no reduciéndolo éste a la oración junior y “vamos ahora a lo importante, ¿qué hacemos el sábado?”

Como educador:  Después de haber escuchado, contemplado y reflexionado sobre el video, lee Juan 1, 35 siguientes.  Puedes ayudarte del método de oración ignaciana, pidiéndole a Dios la gracia de poder sentir la presencia de Cristo en la orilla de tu corazón, situándote en la persona de uno de los apóstoles, imaginando lo que ellos vieron y escucharon, personalizando esta llamada y hablándole a Jesús como ellos le hablaban. También puedes seguir la “Lectio Divina” preguntándote: “¿Qué dice el texto?”, “¿aué me dice?” y “¿qué le digo a Dios?”. Es importante en este ejercicio revises el tiempo dedicado a Cristo. Difícilmente podrás ser educador junior si no estás en constante contacto con Él y esto es para todos los cristianos.

Compromiso:

 Proponte iniciar la lectura pausada de los libros del educador “Cridat”, “Acompanyat”, “Enviat” del pasado trienio y el material de este año “A quí busques?”, si no lo tienes pídeselo a tu Jefe de Centro o entra en http://www.juniorsmd.org/ca/soyeducador y descárgatelos.  También con el fin de orar todos los días de forma guiada y amena te puede ayudar la página de los jesuitas http://www.rezandovoy.org/

 Celebración:

¿Cómo te has sentido después de ejercitar tu espíritu con estas indicaciones. Cuéntaselo a Dios, a Él le gusta saber de nosotros.

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