Martes 18. Meditación de la mañana. La vocación.
Adaptados de las meditaciones ofrecidas por el Obispo de
Tortosa, D. Enrique Benavent, los días 16 al 21 de Febrero de 2014 en el
Monasterio N.S. de los Ángeles de Jávea, durante los ejercicios espirituales
organizados por la Archidiócesis de Valencia.
Llamados
Reflexión del
director.
Los
ejercicios espirituales son días para responder a la gracia de Dios, su
presencia, con la gratitud, porque el Hijo de Dios se ha hecho hermano de todos
los hombres, pero además me ha buscado a mí y me ha dicho: “ven conmigo para
ser pescador” y “ya no te llamo siervo, sino amigo”. Esta relación de amistad y
confianza la expresa el apóstol Pablo del siguiente modo: “doy gracias a Aquél
que me revistió de fortaleza y me consideró digno de confianza” (1Tm 1,12).
De este modo
cuando Jesús llama a sus discípulos tiene con ellos un gesto de predilección,
pues quiere que sean los primeros beneficiarios de los bienes de la salvación
contenidos en el Evangelio. Así en Jn 1,35 ss. se nos narra el primer encuentro
de algunos discípulos con el Señor. A la invitación del Bautista para que sigan
al Cordero de Dios, Juan y Andrés se dirigen a Jesús respondiendo a la pregunta
del Maestro “¿qué buscáis?” con otra, “¿Dónde vives?”, quedándose con él toda
la tarde y propiciando el encuentro de Cristo con Pedro, un encuentro que marcó
toda su vida.
En los
sinópticos la llamada del Señor tiene lugar en el Mar de Galilea, allí Él pasa,
los ve, los llama y dejándolo todo le siguen.
También Pablo
en 2 Tm 4,6-8, al final de su vida recuerda el camino de Damasco, “el día en
que el Señor se me reveló”. Este acontecimiento lo evoca en varios textos,
mostrando gratitud hacia quien le escogió para anunciarle entre los gentiles
(Gal 1,15-16), recordando la experiencia en la que “vio al Señor” (1 Cor 9,1) y
expresando más personalmente lo que supuso haberse encontrado con quien tocó su
corazón, se apoderó de Él y cambió radicalmente su vida (Flp 3,4-12), haciendo
del Apóstol una criatura nueva, abriéndole horizontes de esperanza y vida
insospechados por Él y transformándolo en un hombre nuevo. Las consecuencias en
su existencia fueron pasó de ser observante de la Ley a Apóstol de la gracia,
de perseguidor a apóstol, de creyente centrado en el pueblo de Israel a
misionero con una visión universalista en la que abrió la Iglesia a los
gentiles, edificando su vida sobre un nuevo fundamento. Así en Flp 3,4-7 nos
dice como antes de conocer a Cristo éste
era la pertenencia a Israel y el celo por la Ley, pero después de su conversión
ya no vive de su pertenencia al pueblo de Israel y de la ley (Gal 2,7), sino de
la fe en el Hijo de Dios y desde Cristo. Es por tanto una nueva manera de
valorar las cosas, porque todo lo que era valioso lo considera pérdida comparada
con Cristo y la verdad importante para Pablo ya no se la da el judaísmo sino
Cristo.
Todo ello le
lleva a una dialéctica argumentada en Flp 3, 12ss.: alcanzado por Cristo sólo
pretende alcanzar a Cristo, porque quien ha llegado a conocerle sabe que su
vida sólo tiene sentido cuando la meta es alcanzarle. Y ésta es la orientación
fundamental de su vida.
Cabe que
miremos la historia de nuestra vocación y nos preguntemos: ¿dónde estoy?, ¿cuál
es mi situación como sacerdote?, ¿cómo vivi mi sacerdocio?, ¿con gratitud?,
¿cómo un amigo del Señor? La orientación fundamental de la vida del elegido es
el Señor, ¿deseo alcanzarle?
Ciertamente
todos podemos perder la frescura de los comienzos, pero no podemos olvidar que
nuestra vocación sacerdotal fue una gracia, una llamada que el Señor nos hizo
para vivir en su amistad. Y ésta es la
clave. Cuando un sacerdote pierde la ilusión por serlo es porque ha perdido la
ilusión por vivir en amistad con el Señor. Si uno mantiene la ilusión de vivir
en amistad con el Señor, uno mantiene la ilusión del ministerio.
Ejercicio.
Experiencia:
http://www.youtube.com/watch?v=DOPEF7ttWaY
mira este video. Después busca la imagen que más ha tocado tu corazón.
Contémplala. ¿Cómo te sientes?, ¿qué te sugiere?
Reflexión:
Toma la biblia en tus manos y lee Juan 1,35-42
Piensa en estas palabras y
responde:
Como consiliario: ¿Qué tal te encuentras como sacerdote?: ¿ilusionado?, ¿cansado?, ¿frío?, ¿con entusiasmo?, ¿en un periodo de meseta, sin altibajos?, ¿cada vez con más trabajo y menos tiempo para rezar?, … Toma alguno de los textos propuesto y medítalos, teniendo presente a tu centro junior. Eres el consiliario, una figura insustituible y sacramental entre los niños y educadores, porque tú haces presente a Cristo, eres para ellos la viva presencia Jesucristo que habla al corazón, se entrega en su cuerpo y sangre, los reconcilia con el Padre y los sirve. Pero ¿cuidas tu vida con Él? Difícilmente podrás ser signo de Cristo sino le dedicas tiempo a Quien primero te llamó y después te envió. Como un matrimonio difícilmente amarán a los hijos como necesitan ser amados sino tienen tiempo para estar solos. Por otra parte, ¿cuidas la vida espiritual de tus educadores?, ¿te has preocupado por conocer los libros Cridat, Acompanyat, Enviat y A quí busques destinados a trabajar la oración con los educadores (http://www.juniorsmd.org/ca/soyeducador )? y en las reuniones a las que asistes procuras tengan un espacio largo de encuentro con Cristo, no reduciéndolo éste a la oración junior y “vamos ahora a lo importante, ¿qué hacemos el sábado?”
Como educador: Después de haber escuchado, contemplado y
reflexionado sobre el video, lee Juan 1, 35 siguientes. Puedes ayudarte del método de oración
ignaciana, pidiéndole a Dios la gracia de poder sentir la presencia de Cristo
en la orilla de tu corazón, situándote en la persona de uno de los apóstoles,
imaginando lo que ellos vieron y escucharon, personalizando esta llamada y
hablándole a Jesús como ellos le hablaban. También puedes seguir la “Lectio
Divina” preguntándote: “¿Qué dice el texto?”, “¿aué me dice?” y “¿qué le digo a
Dios?”. Es importante en este ejercicio revises el tiempo dedicado a Cristo.
Difícilmente podrás ser educador junior si no estás en constante contacto con
Él y esto es para todos los cristianos.
Compromiso:
Proponte iniciar la lectura pausada de los
libros del educador “Cridat”, “Acompanyat”, “Enviat” del pasado trienio y el
material de este año “A quí busques?”, si no lo tienes pídeselo a tu Jefe de
Centro o entra en http://www.juniorsmd.org/ca/soyeducador
y descárgatelos. También con el fin de
orar todos los días de forma guiada y amena te puede ayudar la página de los
jesuitas http://www.rezandovoy.org/
¿Cómo te has sentido después de
ejercitar tu espíritu con estas indicaciones. Cuéntaselo a Dios, a Él le gusta
saber de nosotros.
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